6.12.08

Navideña Felicitación 2008

Abstraídos. Con la mirada fija ora en el infinito, ora en el pavimento, recitamos la letanía, hoy pervertida, entre dientes. La cantinela, que ha taladrado nuestro cerebro desde antes de que la consciencia se instalara en nuestra vida, tiene el efecto hipnótico que, de forma consciente o por casualidad, se atribuye a estos días.

Sobresaltados. En ocasiones sólo para darnos cuenta de que la monotonía sólo es una ilusión puesta ante nosotros para hacernos más sensibles a los sobresaltos, tan sólo sugeridos por un cambio en la inflexión, un aumento de volumen, una alteración del ritmo. Y ahí, mezclada con la adrenalina, la duda ¿Será? Pero la pereza, siempre consejera, no permite que el alborozo nos deje actuar. “Mañana lo miraré…”. Y vuelve el rosario por sus fueros, como si nada hubiera ocurrido.

Desalentados. La geografía, con su extenso catálogo que hace de su aprendizaje un calvario, nos devuelve al anodino espectáculo diario. Siempre en otra parte, siempre justo el pueblo de al lado. Aunque siempre queda el consuelo, esa frase que más que animar despedaza, que más que sanar derrumba: “¡Por lo menos tenemos salud!”… Pues con pasta, ya sería la hostia.

Feliz Día de la Salud y los que vienen después.


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