24.12.15

Navideña Felicitación 2015

Volver (tango indigesto)
Cántese con la música del tango "Volver"
Música: Carlos Gardel.
Letra: Alfredo Le Pera y yo mismo.

Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos
van marcando ya el cenorrio.
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
más de una indigestión.
Y aunque no quise más gambas
siempre se vuelve
al primer jamón.
Caldo de ave
con más picatostes
Y una lubina
Y un buen chuletón.
Bajo el burlón
mirar de las dietas
que con indiferencia
hoy me ven potar.
Volver
con la panza marchita
las nieves del tiempo
la agrandaron bien.
Sentir
que es un sorbo la vida
que veinte ajos no es nada
que perdiz empanada
tintorro en las sombras
te busca y te tumba.
Vivir
con el almax en guardia
y un dulce recuerdo:
Ensalada otra vez.

Felices fiestas.

19.12.14

Navideña Felicitación 2014

Simple. Limpio. Sin fisuras.

Guardando silencio, no recordando, no mentando la bicha. Negando su existencia. Repitiendo que su advenimiento era todavía muy lejano. Quizás así desaparezca. 

 Y fue entonces cuando empezó. En la caja tonta, a ritmo de reclamo de cambio de estación en grandes almacenes, de repente, la estación desapareció para dar paso a lo innombrable.

«No será nada» pensé. «Pasará desapercibido» me decía.

Pero la obstinada realidad empezó a llenar las calles. Primero las vitrinas. Dos copos de nieve en cartulina, un pequeño árbol puntiagudo, el destello de una esfera especular...

«Espera, no te alarmes, pasará». 

Sin prisa pero sin pausa, la avalancha seguía su impertérrito paso de avance. Tuve un respingo al ver al primer panzón de terciopelo rojo haciendo de fachada rocódromo (sin ninguna medida de seguridad, ni arnés ni nada, he de decir).

Tuve la esperanza del olvido, de la holgazanería, de ese rezongar que nos mantiene atornillados al sofá, para convertir en un reducto, lejos de los destellos sibilinos y los colores brillantes, mi morada. 

Y entonces cayó sobre mí como un hachazo que uno no ve que empieza a caer y que se percibe cuando ya es demasiado tarde.

- «¿Tienes por ahí un ladrón?»
+ «¿Un ladrón? ¿Para qué?»
- «Esta tarde voy a montar el árbol y lo necesito para las luces»

Como alguien dijo mirando esa nieve que la tele ya no tiene desde que es digital... ¡Ya están aquí!

Felices fiestas.

24.12.13

Navideña Felicitación 2013

Estimado Sr. aficionado a la Navidad y sus correspondientes villancicos:

Tras estudiar detenidamente los Villancicos, podemos adelantar las siguientes conclusiones sobre inexactitudes y obsolescencias de la Navidad:
  • Los peces de agua dulce (por ende, de los ríos) no beben. Más exactamente, el agua exterior (dulce, baja concentración de sales) fluye osmóticamente hacia el interior (de mayor salinidad). El exceso de agua que les entra lo expulsan en forma de orina diluida, para mantener la salinidad interna. Si fueran peces de mar, sí. Esos sí que beben.
  • Para los auto-remiendos de piel, especialmente si son injertos, se aconsejan entornos en condiciones de extrema asepsia. No es aconsejable ni hacerlo a lomos de una burra ni en un portal infestado de ratones.
  • No se ha podido observar todavía el apareamiento en cautividad de las campanas... y menos relaciones sexuales de las mismas en grupos de tres o más. Dudamos, además, que por mucho que nos asomemos por la ventana, el resultado de este apareamiento sea un niño en la cuna.
  • La familia Espíritu Santo(y en su representación, San José)-Virgen María(sospechamos que María es el apellido) agradecen al tamborilero que se limite a tocar el tambor y no le haya regalado uno al niño Jesús. Lo agradecen, pero mucho.
  • Recordar a los Srs. Reyes Magos que está prohibido dispensar alcohol a los niños. Así que este año, y para evitar problemas legales, nada de traerle al niño sopitas con vino. Existe una amplia variedad de leches maternizadas, mucho más adecuadas a su desarrollo.
  • Rogamos si encuentran un niño todo vestidito de blanco, lo acerquen al punto de información del Centro Comercial Herodes. Es de la Virgen María y de un palomo que dice llamarse Espíritu Santo.
  • Es probable que los días de fiesta en Navidades se hayan reducido por la mejora en los transportes. Ir hasta Belén en borriquito bien arreado llevaba al menos tres días festivos. Se salía un día festivo, pero al día siguiente y al otro también eran festivos. Gracias al AVE, hoy en día sólo es festivo el 25. ¡Me ca... en el AVE!
Es por ello que debería proponerse una comisión del Congreso para realizar una actualización de los villancicos, ya que contienen una serie de incorrecciones y falta de adaptación a nuestros tiempos.

Sin otro particular, aprovecho la ocasión para desearle Feliz Obsoleta Navidad. Suyo afmo. y a.q.l.e., deseando a Vd. y los suyos buena salud, q.D.g. a Vd. muchos años.

26.12.11

Navideña Felicitación 2011

Al principio, todo es posible.

Indagas, varías, osas. En la infinita combinación del Universo no venenoso, cualquier posibilidad está abierta, cualquier mezcla es factible en un atisbo de creatividad.

Pero la cruda realidad vuelve a ponerte los pies en el suelo. Tu imaginación, ávida de altos vuelos y combinaciones ignotas, dejó a un lado el sentido práctico y, lo que es peor, el sentido común. Las tareas se multiplican, las dificultades saltan en cualquier esquina provocando un rosario de maldiciones que van brotando de tus labios a la par que reconoces que el destinatario de tales imprecaciones es el mismo que el que se empeña en recitarlas.

Poco a poco el equilibrio se impone entre los altos vuelos novedosos y los imperativos de la logística, añadiendo cierto nivel de decepción al reconocer lo lejos que quedaron los creativos orígenes, aún cuando la trama práctica sigue siendo compleja y tediosa. Mecánica. Sin margen de error. Con un ojo en la tarea y otro en el reloj que, impávido, no tiene en cuenta lo ajustado del margen, a duras penas meditado, que se ha establecido para todo lo que todavía queda en el aire.

Impenitente el tic-tac, acercando con su vaivén el plazo a su final, nos pincha para simplificar, eliminar y reducir las aspiraciones iniciales, incluso los compromisos posteriores, más allá de los equilibrios alcanzados.

Al final, mirando atrás un camino sembrado de ideas, renuncias, errores, frustraciones, claudicaciones, horrores, cesiones, observas satisfecho el resultado, esperando sorprender aún con todas las limitaciones.

"Está bueno, pero un poco salado"

¿Quien dijo que la Navidad no es un tiempo magnífico para empezar una carrera de psicópata? ¿Alguien desea que le felicite personalmente la Navidad? ¿Sí? ¿Voluntarios?

5.9.09

Un día en el poli

Redactado en el año 1992

El bus llegó con diez minutos de retraso, debido a las largas colas que el acceso al Politécnico plantea. Pero Heliodoro lo tenía todo previsto. Cogía el bus a las siete de la mañana para poder llegar a clase a las ocho menos cuarto, contando los retrasos. Así sólo llegó dos minutos más tarde de lo que había pensado. Llegó a clase y las n primeras filas estaban ocupadas por n·3·4 folios de inmaculado color albo, tanto, que tuvo ganas de recogerlos, guardarlos y emplearlos en mejor ocasión.

Tras encontrar sitio esperó la llegada del profesor, que no tardó en asomar sus narices, sempiternamente acompañadas por un orondo mostacho, en el aula. El pseudo - silencio se hizo, roto en algunos casos por alguna silla en movimiento rectilíneo y sabe Dios con qué aceleración, el rasgar de "bics" sobre límpidos folios y alguna pedorreta.

Heliodoro, haciendo de tripas corazón y de ojos telescopios, apenas acertaba, mediados los kilómetros, a leer, interpretar, intuir o, al menos, adivinar lo que en la pizarra se cocía, por mucha voluntad que le pusiera. El mismo problema parecían tener los ocupantes de la primera fila, a juzgar por las proyecciones horizontales y hacia delante que de sus cabezas hacían objeto.

Críptico y no menos complejo (tanto matemática como formalmente) era el contubernio fraseológico que desde debajo del bigote brotaba.

Pasado este trance, más en los brazos de Morfeo que en la idílicas excursiones que al plano, que el poseedor del adornado probóscide se empeñaba en apelar como complejo, pareciéndole a Heliodoro uno como todos los demás, se realizaban por intrincados vericuetos que sobre ellos mismos volvían una y otra vez, sus pasos lo llevaron, porque así él lo quiso hacia el Bar.

Mediada la distancia que separa la Santa Escuela de Heliodoro del no menos pío lugar, conocido como el Bar, al cual hay que llegar sin más tardar para poder almorzar, dase cuenta Heliodoro que más que comer debe ya volver , porque su clase empieza pocos segundos después.

De vuelta pues, con el estómago vacío, y puesto tras su pupitre, en el cual pensaron sus diseñadores no debía depositarse nada, dada la pendiente que imprimieron al plano de apoyo, observa cómo ante sus doloridos, ya no rojos sino cárdenos, ojos se desdibuja un esquema digno de Churriguera del que acierta a intuir por las palabras del que sobre la tarima exhibe su saber, se llama "trafo" y no se qué de un tal Lenz que se volvió cíclicamente histérico, comentarios estos últimos que religiosamente garrapatea medio en su folio, medio en la mesa, aún pareciéndole raras las palabras del que sobre la pizarra sus conocimientos plasmaba.

- De más raras he oído - dijo para sus adentros, recordando frases sobre los braceros del campo y melones de la huerta, que en aquellas mismas aulas le habían sido mentadas.

Como una función continuamente derivable se suceden sobre la peana aquellos que con omnipotencia tras el gran pupitre con mirada orgullosa, superior, directa y algo estrábica nos miran.

Sin dar tiempo a Heliodoro a sacar más folios de su saturada carpeta, de la cual caen gráficos, listas de incomprensibles y ya incompresibles guarismos y algunos discos de ordenador, aparece sobre la tarima el que con tanto esfuerzo ha ganado su puesto que, radiante, suelta un anacrónico "¡Buenos días!", y como cualquier cosa que diga el altivo levantador de tiza, Heliodoro y sus compañeros no entienden.

Tras unos sorprendentes trucos de magia por medio de los cuales aparecen sobre la pizarra los resultados y fórmulas más inusitados, golpean los oídos de Heliodoro unas palabras que por fin entiende:

- A ver, tu, ¿Cuanto sale?

Heliodoro levanta la cabeza al tiempo de ver cómo un dedo amenazador le señala y casi le saca un ojo, dándose cuenta que no sólo no conoce la respuesta, sino que también ignora la pregunta. En la misma situación parecen encontrarse sus compañeros, que se conforman con encoger los hombros al pasar el enarbolado dedo rozando sus narices.


Tras haber cuasi copiado cinco problemas, incorrecta e incompletamente por supuesto, dirígese Heliodoro a comer al Bar, epopeya esta que no he de relatar‚ por mor a la pulcritud y por si alguien leyera esto mientras se encontrara degustando algún manjar.

No contento con las chanzas matinales, retorna Heliodoro a su Escuela, dispuesto a realizar unas prácticas de no recuerda qué.

Las instrucciones de la práctica indican verter ácido sulfúrico en un tubo de ensayo, lo cual realiza al pie de la letra, hasta darse cuenta de que el sulfúrico corre sobre sus pantalones, debido a la falta de fondo del tubo de ensayo. Tras verter no sólo ácido, sino toda una amalgama de compuestos sobre sus pantalones, o lo que de ellos quedaba, se dirige Heliodoro pensativo hacia el bus, rumiando que no había tenido un mal día y que casi firmaría por que todos los días que le quedaban para terminar la carrera no fueran peores que ese.

Además había comido pollo, que tanto le gustaba, o, por lo menos, pollo parecía.


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6.12.08

Navideña Felicitación 2008

Abstraídos. Con la mirada fija ora en el infinito, ora en el pavimento, recitamos la letanía, hoy pervertida, entre dientes. La cantinela, que ha taladrado nuestro cerebro desde antes de que la consciencia se instalara en nuestra vida, tiene el efecto hipnótico que, de forma consciente o por casualidad, se atribuye a estos días.

Sobresaltados. En ocasiones sólo para darnos cuenta de que la monotonía sólo es una ilusión puesta ante nosotros para hacernos más sensibles a los sobresaltos, tan sólo sugeridos por un cambio en la inflexión, un aumento de volumen, una alteración del ritmo. Y ahí, mezclada con la adrenalina, la duda ¿Será? Pero la pereza, siempre consejera, no permite que el alborozo nos deje actuar. “Mañana lo miraré…”. Y vuelve el rosario por sus fueros, como si nada hubiera ocurrido.

Desalentados. La geografía, con su extenso catálogo que hace de su aprendizaje un calvario, nos devuelve al anodino espectáculo diario. Siempre en otra parte, siempre justo el pueblo de al lado. Aunque siempre queda el consuelo, esa frase que más que animar despedaza, que más que sanar derrumba: “¡Por lo menos tenemos salud!”… Pues con pasta, ya sería la hostia.

Feliz Día de la Salud y los que vienen después.


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20.12.07

Navideña Felicitación 2007

Mercachifles, charlatanes, balandrones, zascandiles, chiquilicuatres, matasietes, chisgarabís y demás gente de mal vivir, mal comer y mucho rezongar, en qué mal paso han de encontrarse al revisar sus devenires a la titilante luz de abalorios de oriental manufactura. Mejor deberían sentirse al compararse con los instaladores de abultados peluches ataviados en nórdicos santos obesos trepando por balcones, como dispuestos para una cacería que lograra barrerlos de su emplazamiento a golpe de recortada. Pero tanto esfuerzo cinegético quedará sin recompensa al descubrir que al disolverse la nube de algodones que acompaña a la vaporización de tan infames monigotes, continúa la danza de luces multicolores en cuasi aleatoria secuencia, no exenta de cierto halo de psicodelia. Incluso más allá de alféizares y dinteles, en las más recónditas entrañas de ese leviatán al que no se llama hipoteca por vergüenza torera, otra dosis alucinógena golpea las conciencias menos preparadas, acompañando esta vez el centelleo, sobre un pariente de los pinos, de la deformada reflexión de esferas que de sonrisa hacen mueca y de serpientes de espejados colores que dan un aspecto chispeante… y realmente inquietante al ambiente. No huyáis, no os escondáis, pero vigilad. Está en vuestro propio hogar, esperando asaltaros. Yo ya he caído, pero vosotros, todavía estáis a tiempo… salvad vuestras almas. Incluso más, salvad vuestro bolsillo. El espíritu navideño no perdona, y éste es el último ataque a vuestras defensas… ¡Feliz Navidad!

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